carrievision

¿Qué pasa cuando dos candidatos muy opuestos se enfrentan en una segunda vuelta? ¿Cómo elegir entre el pan y la motosierra?

Esa es la pregunta que me hago cada vez que pienso en Stanford Blatch. Stanford es el hombre perfecto: guapo, inteligente, divertido, sensible, leal y comprensivo. Lo único que le falta es que le gusten las mujeres, pero eso no es un problema para nuestra amistad. Al contrario, es una ventaja, porque podemos compartir nuestros gustos, consejos y experiencias sin competir ni celarnos. Stanford es mi alma gemela platónica, mi media naranja amistosa, mi compañero de vida sin sexo.

¿Alguna vez se han preguntado por qué nos cuesta tanto elegir a nuestro líder político? ¿Será que tenemos miedo de comprometernos con alguien que no conocemos bien, que nos puede decepcionar o que nos puede hacer sufrir? ¿O será que tenemos tantas opciones que nos sentimos abrumados y confundidos? ¿No les recuerda esto a la búsqueda del amor en una gran ciudad?

Anoche, mientras veía el programa de Mirtha no podía dejar de pensar en ¿Que pasa cuando se mezcla la política con la familia? Obviamente me refiero a Massa y a Moria, que de la noche para la mañana se convirtió en algo así como la suegra política de Massa. Y parece que es su mejor aliada.

En el mundo de las citas, hay una regla de oro: la 1era impresión es la que cuenta. Pero, ¿qué pasa cuando se trata de elegir al presidente de la nación? ¿Podemos confiar en lo que vemos en un debate o solo es una ilusión?