
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
En plena Era Dorada de las series coreanas, no quería dejar de recomendar está bellísima serie que te ayuda a entender un poco lo que significa la muerte, y todos los procesos que atravesamos los que quedamos en el plano terrenal.
Una serie coreana dónde los fantasmas no existen, pero si dejan lugar a personas que fallecen sin poder complir muchísimos sueños y metas, verdades a medias, secretos agobiantes y que absolutente nadie conoce y deseos inalcanzables de terminar lo empezado. Con todo esto es con lo que deberá lidiar la empresa familiar "Mudanzas al cielo". Una empresa comformada por un adolescente con asperger y una inteligencia por sobre lo normal, un tío que acaba de salir de la cárcel y la vecina de ellos dos, son los encargados de llevar adelante las mudanzas traumáticas para que los difuntos finalmente puedan alcanzar el cielo.
Me pareció una serie hermosa, muy emotiva y divertida que nos enseña el valor de la vida pero también el de la muerte. Y de la importancia de honrar a nuestros difuntos y lo que significa tener un funeral. Con una primera temporada de 10 capítulos de 50 minutos, tiene un ritmo para nada lento, dónde conocemos varias historias de los clientes (que son muy buenas e interesantes) pero lo más importante, las historias de los tres protagonistas. 8/10 #MoveToHeaven
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.