
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante dos décadas, hubo una trilogía para gobernarlos a todos. Pero ahora, las series de secuelas están de moda y, a partir del 1 de septiembre, The Lord of the Rings: The Rings of Power de Amazon revelará los acontecimientos en la Tierra Media que precedieron a los eventos épicos de J.R.R. El Señor de los Anillos de Tolkien por miles de años.
Con Prime Video ya comprometido con cinco temporadas, The Rings of Power, que amplía las copiosas notas al pie de página de Tolkien dentro de las páginas de LOTR, está a punto de ser el programa de televisión más caro jamás realizado. "Sabían desde el principio que ese era el tamaño del lienzo: esta era una gran historia con un comienzo, un medio y un final claros", dijo el co-creador J.D. Payne a Empire. "Hay cosas en la primera temporada que no dan resultado hasta la quinta temporada".
Mientras tanto, aunque las películas de LOTR de Peter Jackson eran tan lujosas y tecnológicamente avanzadas como podía ser la realización de películas en ese momento, la primera entrega de la trilogía, LOTR: The Fellowship of the Ring, de alguna manera ahora tiene 21 años. Le siguieron Las dos torres en 2002 y El retorno del rey en 2003, misión recompensada al final con 11 premios Oscar, incluido el de Mejor película.
Y aunque los tolkienitas simplemente tendrán que pasar por alto la falta de participación de Jackson en la nueva serie (el ganador del Oscar dice que lo contactaron, le prometieron un par de guiones para revisar y luego nunca más supo de la producción), nunca es un mal momento para rendir homenaje. a la impresionante trilogía que lo empezó todo.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.