
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Wanda Nara llegó hace unos días a París, y desde Argentina todos están pendientes de sus movimientos en redes sociales para saber cómo sigue la novela de su matrimonio con Mauro Icardi.
En la mañana europea, sorprendió este domingo al revelar que estaba viajando a Ibiza. Si bien subió una foto de ella sola en el aeropuerto, el futbolista la deschavó y compartió dos postales de ellos juntos, casi como si nada hubiese pasado. ¿Reconciliación en puerta?
Exactamente en el mismo momento, Wanda confirmó lo mismo que él y hasta puso una excusa: “Necesito mejorar mi bronceado, regresando a Ibiza”. Todo esto va de la mano a la desmentida que el futbolista publicó hace unos días.
“No sé quién me da más lástima, si los que inventan cosas de mi vida o los que se la creen”, decía la frase que compartió en Instagram. Además, etiquetó a su esposa junto a un corazón.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.