

La Revista Guarania se ocupó de los espacios literarios y culturales del Paraguay y del mundo, con un gran énfasis en América y los países vecinos del Paraguay. Por diferentes circunstancias, entre ellas la económica y la política, la revista se publicó en cinco distintas etapas, entre Buenos Aires y Asunción.
Fue la revista paraguaya de mayor alcance internacional en la primera mitad del siglo XX, debido a la temática, alcance y apertura de la misma a las colaboraciones de importantes intelectuales extranjeros, así como al carácter americanista y nativista de la misma, basada en gran parte en el pensamiento de su director y creador.
Entre los colaboradores extranjeros se puede citar al ecuatoriano Jorge Carreras Andrade, a los peruanos Luis Alberto Sánchez y Alberto Guillén, al español Cansinos Assens, al argentino Macedonio Fernández y al mexicano Elías Nandino.
Al igual que muchas otras publicaciones periódicas del Paraguay del siglo XX, es muy difícil encontrar colecciones completas. Los números de las diferentes épocas están distribuidos entre bibliotecas nacionales y extranjeras, desde el Río de la Plata hasta los Estados Unidos, así como también en colecciones particulares, pero ninguna de ellas se encuentra completa a saber por las investigaciones realizadas al respecto.

LAS TRES GRANDES: Eugenia León, Tania Libertad y Guadalupe Pineda


"Hay que TRATARLA como una REA COMÚN": la INDIGNACIÓN de Espert por la DOMICILIARIA de Cristina Kirchner#mesaza

🎬 MAZEL TOV | 2025 | PELÍCULA | COMEDIA DRAMÁTICA | La familia, los vínculos y lo que callamos | Por Mauro Patat
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.

🌈 ORGULLO, PREJUICIO Y NADA DE SENSATEZ PERO MUCHO SENTIMIENTO | Por Mauro Patat #Pride
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.