
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
La actriz Sofía Vergara se quitó su bikini por completo mientras adoptaba una pose provocativa durante una escapada a la playa en una foto compartida en las redes sociales. En la foto de Instagram, la mujer de 52 años estaba acostada boca abajo con una pierna en el aire para acentuar su figura, por lo que pareció atribuirle el mérito a su entrenadora, Natalia Botero .
“¿Rasgos familiares”, escribió Sofía en el pie de foto , “¿o tortura de @natibotero7?”
Vergara parecía estar de vacaciones con su familia, y en su publicación de Instagram etiquetó a su hermana Verónica Vergara y a su sobrina Claudia Vergara . Y mientras el grupo disfrutaba del calor tropical, Sofía parece haber dejado su vida amorosa congelada, según comentarios recientes sobre que la ciudad de Nueva York es el mejor lugar para tener una cita.
“En realidad, ayer hablé de eso porque ahora estoy soltera”, le dijo a Us Weekly en octubre antes de aclarar: “más o menos soltera”.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.