
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
La Icónica cantante Cher, de 77 años nunca ha sido de las que siguen las tendencias, ya que recientemente reveló que no es fanática de envejecer. Es por eso que dio una reacción inesperada en el 25 aniversario de su éxito de 1998 "Believe".
"¿Qué tan sorprendente es que 'Believe' tenga 25 años?" le preguntó Harry Smith en una entrevista, a lo que ella respondió descaradamente: "No es tan sorprendente, ¿de acuerdo? Me molesta muchísimo... Simplemente lo es". ¡¿Qué es esto?!"
Cuando Harry sugirió que ella y el envejecimiento no van de la mano, la ganadora del Grammy no perdió el ritmo con su respuesta: "¡No!" Cher lo expresó simplemente. "A mi madre no le importaba , pero a mí sí. Lo odio. ¡Daría cualquier cosa por volver a tener 70 años!"
Esta no es la primera vez que el ícono de la moda comparte sus pensamientos honestos sobre cómo ingresar a nuevas etapas en la vida: "No sé si no sentirte viejo te hace más joven", dijo a People en enero pasado. "Me mantengo al día con las tendencias. Tengo muchos amigos jóvenes. También tengo viejos amigos". Ella continuó: "Honestamente, no estoy tratando de sentirme joven. No estoy tratando de ser joven. Soy quien soy. Simplemente me llevo bien".
Es una actitud que la ha ayudado a superar los límites con su carrera de décadas y su excéntrico estilo personal.
"Se trata de divertirse", dijo a la revista. "Sigues adelante y ese es el desafío. Las cosas no siempre salen bien y tienes que estar dispuesto a esforzarte, arriesgar tu trasero, ponerte un gran objetivo y luego seguir adelante".
Si bien Cher puede tener una perspectiva única sobre el envejecimiento, sigue leyendo para ver cómo otras celebridades se han sincerado sobre el tema.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.