
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Un nuevo escándalo surgió en la nueva temporada de la serie And Just Like That... por la noticia del próximo regreso en persona de Kim Cattrall al universo Sex and the City.
Evan Handler, quien interpreta al esposo de Charlotte York Goldenblatt, Harry, recordó haber descubierto recientemente que la actriz había filmado en secreto un cameo para repetir su personaje, Samantha Jones, para la segunda temporada de la secuela. Él expresó: "Me enteré el mismo día que ustedes. Aparentemente, fue filmado en el garaje en algún lugar sin contacto con nadie. Así que el único lugar que tengo para darle la bienvenida es en mi sala de estar cuando se transmita por televisión".
WarnerMedia, propietaria de Max, el canal que transmite And Just Like That..., no ha publicado detalles sobre el cameo de Cattrall en And Just Like That... desde que se confirmó el 31 de mayo que aparecería en el programa.
En ese momento, Variety citó fuentes que decían que la actriz de 66 años filmó su cameo en marzo sin interactuar con el elenco o el showrunner Michael Patrick King, y también aparecerá solo en una escena. La prensa se ha comunicado con los representantes de WarnerMedia y Handler para obtener comentarios y no ha recibido respuesta.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.