La historia, ambientada en un entorno urbano actual y con una puesta visual limpia y emocional, combina diálogos punzantes con un humor que desarma. Cada episodio es una radiografía íntima del desencanto moderno, disfrazada de comedia ligera pero escrita con bisturí.
Hoy
Mauro Patat
Kristen Bell vuelve a brillar en una comedia romántica que no cree en las comedias románticas. En Nadie quiere esto (Nobody Wants This), interpreta a Joanne, una podcaster que se dedica a diseccionar las relaciones amorosas con sarcasmo quirúrgico y una honestidad brutal. Su vida da un vuelco inesperado cuando, en una cena organizada por su mejor amiga (una mujer lesbiana que oficia de celestina accidental), conoce a Noah, un rabino recién separado que parece su antítesis perfecta. A partir de ese encuentro tan incómodo como encantador, la serie se sumerge en las contradicciones del amor contemporáneo: entre la ironía y la fe, el miedo al compromiso y el deseo de conexión real.
Bell está en su punto justo: combina vulnerabilidad y timing cómico con esa mezcla de ternura y cinismo que la hizo brillar en The Good Place. Frente a ella, Adam Brody, alejado del chico cool de The O.C., entrega una actuación madura, sensible y con un magnetismo tranquilo. Su rabino Noah es un hombre de convicciones, pero también de dudas, que logra sacar a Joanne de su burbuja emocional sin sermonearla. Juntos construyen una química que se siente genuina, incómoda y luminosa a la vez: el milagro de dos personajes que no creen en los milagros.
Lo que podría ser una “feel good series” más se convierte en un retrato brillante del desencanto moderno: Nadie quiere esto… pero todos lo necesitamos. Con diálogos que suenan como confesiones nocturnas y personajes que se resisten a ser clichés, la serie consigue algo rarísimo: que la risa sea también una forma de redención.
“Una historia que te hace reír mientras te recuerda que el amor, aunque duela, sigue siendo el único guion que vale la pena reescribir.”
Por ser la serie que mas carcajadas me sacó, se merece un 10! 🩷
La historia, ambientada en un entorno urbano actual y con una puesta visual limpia y emocional, combina diálogos punzantes con un humor que desarma. Cada episodio es una radiografía íntima del desencanto moderno, disfrazada de comedia ligera pero escrita con bisturí.
¿Quién dijo que el universo Marvel es solo músculos, capas y egos en spandex? En 2022, Disney se puso gótico, encendió las velas negras, y nos regaló un especial de Halloween que parece filmado por Tim Burton después de un atracón de empanadas y vino tinto.