
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
“Es, a falta de una palabra mejor, increíblemente surrealista”, dijo la actriz ganadora de un Oscar por la película "Anora" a los periodistas después de ganar el Premio de la Academia a la mejor actriz. “Nunca pensé que algo así sucedería en mi vida. Me encanta hacer películas y he soñado con ser una actriz que pudiera estar en una película como Anora durante toda mi carrera como actriz. Es un gran honor, uno que creo que absorberé más adelante, espero. Realmente no lo esperaba en absoluto”.
Nacida en 1999, Mikey Madison tiene 25 años. Es una de cinco hermanos, incluido un hermano gemelo, y comenzó a actuar cuando tenía 14 años después de haber sido una jinete dedicada.
La victoria de Mikey fue uno de los cinco Premios de la Academia que el drama independiente se llevó a casa esa noche, con la película también asegurando el premio a la Mejor Película y su escritor y director Sean Baker arrasando en las categorías de Mejor Dirección, Mejor Montaje de Película y Mejor Guion Original. “Salimos y simplemente hicimos esta película rara y loca”, explicó Mikey, “y nos divertimos y pusimos todo nuestro corazón en ella”.
Aunque Mikey es relativamente nueva en la industria cinematográfica, no se sabe a dónde la llevará su nuevo estatus de ganadora del Oscar.
"Realmente no sé qué pasará en el futuro", dijo la actriz a los periodistas. "Solo quiero seguir haciendo películas y seguir trabajando con personas que me inspiren e interpreten personajes interesantes, contar historias que sean atractivas. Eso es justo lo que espero hacer".
En cuanto a su historia, recién está comenzando. Aquí tienes un curso intensivo sobre la recién galardonada ganadora del Oscar.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.