La cantante Selena Gómez ha demostrado que es una gran admiradora de las destrezas del número uno, Lionel Messi en la cancha.
Durante el juego del Inter Miami contra el LAFC, la actriz y cantante no ocultó sus reacciones de impresión ante las jugadas del astro, e incluso se convirtió en meme por las caras que hacía desde el público.
Luego del encuentro, Selena se encontró con los medios y declaró su máxima admiración por Messi, enviándole un mensaje especial al delantero, diciéndole, "Te amo mucho". Pero su vínculo con el Campeón del Mundo llegó a un nuevo nivel recientemente, y es que ahora fue Leo quien tuvo un adorable gesto con Gómez.
Este 2 de octubre se reveló que Messi donó una camiseta de la Selección Argentina firmada por él a la Fundación Rare de SelGo y el motivo detrás de este gran regalo es formar parte de una subasta especial, cuyas ganancias serán destinadas a las causas de salud mental y educación para jóvenes que impulsa la organización de la estrella de Only Murders ini the Building.
"Llévate a casa una camiseta firmada por uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo", destaca el sitio web de Rare Impact Fund Benefit, donde la puja por el artículo albiceleste inicia en los 6 mil dólares. Pero habrá que esperar para conocer al afortunado ganador de esta pieza, pues el resultado final no se conocerá sino hasta el 31 de octubre.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
