Maxi Clark
Durante la madrugada de este miércoles, el hermano menor del marido de Pampita, Roberto García Moritán se encontró con un control de alcoholemia en Av. Pueyrredón y Av. Libertador cuando transitaba en su auto y fue sometido a un test de alcoholemia que marcó que tenía 0,89 gramos de alcohol por litro en sangre.
Tras dar positivo, terminó en un conflicto, ya que insultó a los inspectores y personal policial. Para finalmente, ser detenido, su documentación confiscada, junto a su auto, modelo SUV Jeep Renegade. Según trascendió, Francisco , se dirigió de manera violenta a la policía: "Vos sos una mocosa con un trabajo raro, andate a la concha de tu madre, te vas a quedar sin laburo", le habría dicho a un agente, antes de ser detenido.
Por el momento, el marido de Pampita no reaccionó ante la grave noticia de su hermano, eligió guardarse al silencio en sus redes sociales y no publicar absolutamente nada. Roberto García Moritán, seguramente, está a la espera de que la situación que tuvo su hermano Francisco García Moritán en la noche de ayer se solucione de la mejor manera en las próximas horas.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.