
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Casi tres semanas después de que Kim Cattrall confirmara que regresaría a la franquicia Sex and the City, lo que previamente había prometido no hacer, Kristin Davis se mostró indiferente ante la noticia.
Kim filmó su escena sin interactuar con Michael Patrick King y sus ex coprotagonistas Kristin, Cynthia Nixon y Sarah Jessica Parker, con quienes ha provocado rumores de enemistad.
En cuanto a si Kristin o sus compañeros de reparto siguen en contacto con Kim, la actriz dijo: "Tienes que respetar los deseos de la gente. No voy a desperdiciar energía en eso. No puedo cambiar a nadie. Entiendo los sentimientos de los fanáticos, que están molestos... Ojalá pudiera arreglarlo, pero no puedo, no está en mi poder".
La autora de Sex and the City, Candace Bushnell, también dio un par de detalles más de lo que los espectadores pueden esperar de la repetición de Kim como Samantha Jones, quien encendió el fuego en la serie original por su actitud sexual positiva.
Candance dijo en un artículo: "Su personaje representaba mucha libertad y permiso para las mujeres. Y creo que los fanáticos están súper emocionados por su regreso, incluso si es solo un cameo en el auto".
La segunda temporada de And Just Like That se estrena el 22 de junio en Max.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.