Mientras que es un éxito la serie 'The Last Of Us', una de las actrices más implicadas en su éxito no vaya a poder disfrutarlo ya que Annie Wersching, quien pusiera voz y gestos a Tess en el famoso videojuego 'The Last of Us', ha fallecido a los 45 años a causa de un cáncer que le había sido diagnosticado en el año 2020 y que, finalmente, se ha cobrado su vida. .
Annie Wersching era muy querida y reconocida por todo lo que aportó al personaje de uno de los mejores videojuegos de la historia.
Su marido, Stephen Full y también actor, confirmó su fallecimiento, mediante un duro comunicado que ha hecho llegar a los medios de comunicación: "Hoy hay un agujero profundo en el alma de esta familia, pero ella nos dejó las herramientas para rellenarlo. Encontrar maravillas en los momentos más simples. No necesitaba música para bailar. Nos enseñó a no esperar a que la aventura te encuentre, sino a ir a buscarla, está en todas partes.
La historia, ambientada en un entorno urbano actual y con una puesta visual limpia y emocional, combina diálogos punzantes con un humor que desarma. Cada episodio es una radiografía íntima del desencanto moderno, disfrazada de comedia ligera pero escrita con bisturí.
La Sustancia protagonizada por (la mega Diosa que está sentada en el Olimpo, por sobre Afrodita) Demi Moore es uno de esos golpes que duelen bonito: elegante, brutal y con ganas de explicarte que el maquillaje siempre fue un mito. ¿Se acuerdan cuando Demi hizo Striptease y el mundillo la persiguió con un cuchillo de manteca? Pues Hollywood nunca olvida. La temporada de premios la mimó, la llenó de estatuillas y besos, pero al llegar al altar del Oscar la cosa se puso fría; según mi versión de los hechos, la academia no perdonó su pasado ni que la película se burle de ellos. (Que quede claro, la historia de la persecución es parte de lo que la hace irresistible).
¿Quién dijo que el universo Marvel es solo músculos, capas y egos en spandex? En 2022, Disney se puso gótico, encendió las velas negras, y nos regaló un especial de Halloween que parece filmado por Tim Burton después de un atracón de empanadas y vino tinto.
La historia, ambientada en un entorno urbano actual y con una puesta visual limpia y emocional, combina diálogos punzantes con un humor que desarma. Cada episodio es una radiografía íntima del desencanto moderno, disfrazada de comedia ligera pero escrita con bisturí.
