
VIUDAS NEGRAS P*TAS Y CHORRAS | SERIE | MUCHO HUMOR Y CRITICA SOCIAL | FLOW, TNT Y HBO max | 2025 | RECOMENDACIÓN POR Mauro Patat
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ratificó este miércoles que la aparición de un brote de salmonella detectado en 10 países europeos y en Estados Unidos tendría su origen en productos de chocolate de la marca Kinder producidos en Bélgica.
“Los principales afectados por el brote son niños menores de 10 años. Entre los 21 casos graves notificados, 12 presentaron cuadros de diarrea con sangre y nueve fueron hospitalizados”, detallaron.
Hasta la fecha no hay conocimiento de víctimas mortales asociadas al brote, pero se estima que los chocolates se distribuyeron en al menos 113 países, por lo que es probable que se notifiquen casos adicionales en otras naciones.
En tanto, la ONU considera que todavía se necesita más información para “evaluar con mayor precisión la gravedad vinculada a este episodio, incluyendo datos sobre los síntomas”.
“Dado que la identificación de los casos existentes se realizó mediante técnicas moleculares punteras, que no se utilizan de forma rutinaria en todos los países, se apunta a la posibilidad de que una parte de los casos permanezcan sin detectar”, advirtieron.
Hasta el momento, la mayoría de los casos se notificaron en diez naciones europeas (150 de 151), aunque también se detectó un episodio en Estados Unidos.
“El riesgo de propagación del brote dentro de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como a nivel global, se evalúa como moderado hasta que se disponga de información sobre la retirada total de los productos implicados”, detallaron.
El inicio de brote
El pasado 8 de abril la empresa Ferrero cerró su fábrica de chocolate Kinder en Bélgica, luego de retirar del mercado de varios países europeos, Argentina y Estados Unidos, algunos lotes de sus productos "Kinder Mini Eggs", fabricados en el país belga, tras detectarse casos de salmonella en Europa en personas que consumieron estos chocolates.
Los síntomas de la salmonelosis se caracterizan por la aparición de fiebre alta, dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea con sangre, como se informó en la mayoría de los casos del brote actual.
Pese a que las infecciones por salmonella suelen ser leves y no requieren tratamiento, los niños y los ancianos corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por deshidratación.
Por último, señalaron que las medidas de prevención de la salmonelosis para el público son lavarse las manos con agua y jabón, en particular después de haber estado en contacto con animales domésticos o de granja, o después de haber ido al baño; asegurarse que los alimentos estén bien cocinados; beber únicamente leche pasteurizada o hervida; no tomar hielo a menos que esté hecho con agua potable y lavar minuciosamente las frutas y verduras.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Anoche terminé de ver Mazel Tov, la nueva película de Adrián Suar, y todavía tengo los ojos húmedos. No solo por su historia judía cargada de tradición y códigos familiares, sino porque habla de algo que atraviesa a todas las familias, sin importar origen, fe o idioma: los vínculos. Los que tenemos. Los que no supimos cuidar. Y los que aún pueden repararse.
Durante años, cada junio se vestía de colores. Las marcas corrían a cambiar sus logos por arcoíris, influencers hablaban de inclusión con brillo en la cara, y hasta los políticos más cínicos publicaban una fotito con la bandera LGTBIQ+ para “quedar bien”. Era el pinkwashing en su máxima expresión: no era amor, era marketing. Pero este 2025, algo cambió. Algo se apagó. Algo se incendió.
Si Yiya Murano tuviera FLOW, esta sería su serie favorita. Acá no se matan con veneno, pero el humor es igual de letal.